
Querido compañero,
Quiero compartirte algunas palabras que nacen desde el corazón. Este proceso de dar a luz es profundamente transformador, y tu compañía puede marcar una gran diferencia. No hace falta que sepas todo, ni que tengas respuestas. Basta con que estés presente, desde el amor y la confianza.
Durante las contracciones:
Cuando me veas respirando, concentrada, viajando hacia adentro… intentá acompañarme en silencio. El ruido o las palabras pueden sacarme de mi centro. Ayudame a cuidar ese espacio.
Apagá el celular.
Ese momento es sagrado. No quiero interrupciones ni distracciones. Quiero que estemos ahí, los dos, presentes.
Respirá conmigo.
No es que necesite que hagas exactamente lo mismo que yo, pero sentir que estás en sintonía me ayuda muchísimo.
Haceme reír (al principio).
El humor es medicina. Una sonrisa o una broma amorosa puede ayudarme a soltar tensiones y generar endorfinas, que son nuestras aliadas.
No te asustes por mi dolor.
Sé que puede ser intenso. Pero mi cuerpo está preparado, confía. No necesito lástima, necesito que confíes en mí, incluso cuando yo no pueda.
Recordame que puedo.
En algún momento voy a flaquear. Es ahí cuando tu voz puede ser el impulso que me levanta. Un “vos podés” dicho con amor, vale oro.
Acompañame con el cuerpo.
Un masaje en la zona lumbar, una mano firme, un abrazo. Tu presencia física también me sostiene.
Y si necesito estar sola, dejame.
No es personal, no es rechazo. Es parte del viaje. A veces, mi cuerpo va a pedirme silencio y soledad para poder avanzar.
Cuidá el ambiente.
Luz bajita, voz suave, poco movimiento. Todo lo que ayude a que pueda entrar en mi mundo interno.
No tomes a mal mis palabras.
Si estoy irritable, si te digo algo feo… no soy yo, es el huracán hormonal. Solo pasará.
Cuando lleguen los pujos… sosteneme.
Ayudame a incorporarme desde la espalda, susurrame palabras de aliento. Necesito sentir que no estoy sola.
Frases como:
“Lo estás haciendo increíble”,
“Ya casi lo tenemos”,
“Estoy tan orgulloso de vos”,
“Pronto vamos a tener a nuestro bebé”…
me pueden dar fuerza cuando sienta que no queda más.
Tu presencia amorosa será mi mejor medicina.
"Parir es como abrirse al mar: cada ola trae su fuerza, su enseñanza, y su ritmo. Es un arte de rendirse al momento, de confiar en el cuerpo, y de descubrir belleza en lo salvaje y lo imperfecto."

Photo credit: mami ntima
Frases que puedes decirme
Según el momento:
Entre contracciones:
– “Soltá todo, dejá que tu cuerpo fluya”
– “Respirá profundo, dejá que la calma te abrace”
– “Estás haciendo un trabajo maravilloso”
– “Cada músculo se afloja, estás a salvo”
Durante las contracciones:
– “Confía en tu cuerpo, él sabe lo que hace”
– “Cada ola te acerca a nuestro bebé”
– “Respirá, yo estoy acá con vos”
– “Liberá, soltá… todo está bien”
– “Tus endorfinas te están cuidando”

Photo credit: mami ntima
Afirmaciones
Afirmaciones que podés recordarme en voz bajita, si me ves desconectada:
– “Cada contracción me acerca a nuestro bebé”
– “Mi cuerpo sabe, mi bebé sabe”
– “Todo está fluyendo como tiene que ser”
– “Estoy abierta, suave, confiada”
– “Mi cuerpo es fuerte, mi mente está en calma”
– “Nuestro bebé baja fácil, con amor”
– “Estamos juntos en esto, yo te sostengo”

No hay un único camino correcto. Lo importante es que esten conectados, que caminen este tramo desde el amor, el respeto, y la entrega. Que puedan recordar este momento como algo sagrado, sea parto vaginal o cesárea, con o sin planes previos.
Repitele: Gracias por estar. Gracias por sostenerme. Gracias por ser parte de esta transformación.
Con todo mi amor,
Cata de Mamintima